La Policía de Investigaciones de Chile (PDI) registró un aumento de la sofisticación del cibercrimen desde el inicio de la pandemia de Covid-19 hasta la fecha en el país.
Tanto los delitos tradicionales potenciados por la tecnología (como amenazas contra personas o propiedades) como los delitos informáticos (como acceso ilícito a cuentas bancarias, falsificación informática o fraude informáticos) tuvieron un aumento sostenido y consecutivo durante los últimos años. Respecto a esto último, el jefe nacional de cibercrimen, prefecto Maximiliano Macnamara, comentó que este aumento tiene relación con el creciente número de dispositivos electrónicos.
En lo que respecta al registro de los delitos puramente informáticos, establecidos en 8 tipo penales, se puede notar el crecimiento en el número de casos. Se detectaron 1.831 casos en 2020, mientras que en 2022 fueron 2.434 casos.
El jefe nacional de cibercrimen comentó que si bien el método más común para suplantar la identidad solía ser el fishing en la actualidad se enfrentan a nuevos desafíos, pues “el cibercrimen se ha ido sofisticando y nos vemos enfrentados a una ola de ataques de ransomware, ataques informáticos para capturar datos, secuestrar los servidores e información”.
Y agregó que “en el 95% de los delitos de alta complejidad o comunes hay vinculación o intervención de algún dispositivo electrónico. El más común es el acceso ilícito, es decir, la entrega de credenciales y acceso a cuentas bancarias con ingeniería social, que representó el 57% del total de delitos informáticos en 2022”.
La ciberseguridad de las empresas chilenas
En el estudio “Estado de la Ciberseguridad en las empresas en Chile” preparado por CADEM, solo el 9% de las empresas cree que se conoce mucho sobre el tema en el país, mientras que el 45% piensa que se conoce poco.
Por otra parte, cuando se les pidió evaluar a los profesionales de tecnologías o ciberseguridad a su propia empresa en una escala del 1 a 7, un 33% se evaluó con un 6 o7, un 35% con nota 5 y un 33% se asignaron notas entre 1 y 4.
Es importante comentar que la muestra tiene empresas de diferentes tamaños, siendo aquellas de mayor tamaño las que mayores acciones han tomado en esta línea y, al mismo tiempo, las más atacadas por ransomware y phishing en comparación con las empresas medianas y pequeñas.
Respecto al año pasado, un 46% de las empresas dice que su presupuesto en ciberseguridad aumentó, un 31% comenta que se mantuvo, un 6% redujo el presupuesto y un 17% optó por no responder.
Las cifras arrojadas por el estudio apuntan a que el principal desafío de las organizaciones chilenas en materia de ciberseguridad es concientizar a los trabajadores con miras a reducir el error humano 27%.